Los partidos conservadores deberían repasar sus estrategias de pactos en las pasadas elecciones municipales
Recientemente, el Partido Socialista de Navarra (PSN) ha cerrado un acuerdo con EH Bildu, para realizar una moción de censura en la alcaldía de Pamplona, que contará con el apoyo de Geroa Bai y Contigo Zurkein (Podemos). De este modo, el candidato abertzale, Joseba Asiron, arrebatará la vara de mando a la edil de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Cristina Ibarrola, que fue la candidata más apoyada en los comicios.
En la hemeroteca quedan las famosas declaraciones de Pedro Sánchez en 2016: "Con Bildu no vamos a pactar". También quedará en la retina la imagen del líder socialista, sacando pecho de haber dado la alcaldía a la fuerza conservadora de UPN, frente a los independentistas. Parece indicar que en los acuerdos con el ex terrorista y coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegui, que permitieron acceder a los socialistas al Gobierno de España y al de la Comunidad Foral de Navarra, estaba incluida una especie de letra pequeña, que se ha materializado con la entrega de Pamplona a Bildu.
Con la consecución de este pacto, el PSOE ha roto el tabú de apoyar a los herederos políticos de ETA. Asimismo, también ha abierto la vía a tejer futuras alianzas postelectorales con los abertzales, como por ejemplo en las próximas elecciones vascas de 2024.
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Fuente: Flickr PSOE |
La derecha tiene que abrir los ojos y reaccionar
Una vez llegados a este punto, donde el Partido Socialista se ha mostrado abiertamente favorable a llegar acuerdos con este tipo de formaciones, los partidos conservadores del país deberían replantearse sus estrategias de pactos.
En primer lugar, en el Partido Popular deberían llevar a cabo una profunda reflexión sobre sus concesiones al PSOE y al PNV. Tras los comicios municipales del pasado 28 de mayo, el PP decidió apoyar a la candidata socialista a la alcaldía de Vitoria "a cambio de nada", con el objetivo de que EH Bildu no accediera al poder, tal y como declaró el Presidente del Partido Popular Vasco, Carlos Iturgaiz. Del mismo modo, también entregó sus votos al Partido Nacionalista Vasco en Kuartango, Zigoitia, Durango, Oyón, Bernedo y en la Diputación de Guipúzcoa. Además, cabe destacar que fuera de Euskadi los populares hicieron alcalde de Barcelona al socialista, Jaume Collboni.
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Fuente: Flickr PP |
Este gesto de solidaridad de los populares fue correspondido con la vara de mando de Labastida, donde el PNV decidió no presentar candidatura pese a sumar mayoría con Bildu. Asimismo, los nacionalistas vascos decidieron agradecer al PP su predisposición no apoyando la investidura de Feijóo, que precisaba tan solo cuatro escaños para ser presidente.
Por lo que respecta a los socialistas, el PP les entregó las alcaldías de Vitoria y Barcelona para que no gobernaran los independentistas, mientras que el PSOE respondió pactando con los separatistas hasta en 38 municipios catalanes.
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Fuente: Flickr EAJ-PNV |
La realidad es que esta estrategia de Feijóo, que le reivindicó como un hombre de estado, le ha servido para reforzar a sus rivales políticos, que en su día llegaron a ser socios a nivel autonómico y nacional, pero que en la actualidad se han aprovechado de sus votos municipalmente y le han dado la puñalada a nivel nacional.
Convendría que en la cúpula de Génova tomasen buena nota de estas alianzas, dado que existe la posibilidad de que sean decisivos en las próximas autonómicas vascas, posibilitando un gobierno jeltzale.
Aún es pronto para hacer cálculos electorales, pero las encuestas pronostican unos resultados muy ajustados para ambos bloques. No obstante, en el hipotético caso de que en segunda votación el PSOE se decantase por apoyar a Bildu y el PNV necesitase al PP, la respuesta de Feijóo debería ser exigir la aprobación de gran parte de su programa vasco y los votos de los jeltzales a nivel nacional para convertirse en presidente.
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Fuente: Flickr PP |
Precisamente por esta proximidad con los comicios vascos, el PNV debería mirar con cierta preocupación el "caso Pamplona". Como hemos mencionado, las encuestas auguran una pelea entre PNV y Bildu por la primera posición, dejando en tercer lugar a los socialistas vascos, que podrían mirar a su izquierda o a su derecha para escoger al nuevo lehendakari. Por ahora, el PSE mantiene que no hará presidente al candidato de EH Bildu, aunque no sería la primera vez que los socialistas españoles sufren cambios de opinión respecto a sus alianzas.
Por último, cabe destacar la reacción de la derecha regionalista navarra contra los socialistas. El líder de UPN, Javier Esparza, elevó el tono en el Parlamento Navarro, calificando de "escoria" a los socialistas. Asimismo, todos los municipios gobernados por UPN han abandonado la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FMNC), como respuesta al pacto de la capital.
Mario Quero
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