OPINIÓN | La violencia en las protestas
Opinión
La violencia de los más radicales nunca está legitimada en las protestas
Tras el acuerdo de la Ley de amnistía sellado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con las formaciones independentistas catalanas, un gran número de españoles salieron a las calles para protestar respecto a una medida que atenta contra la separación de poderes, tal y como afirmaron en un comunicado unánime las cuatro asociaciones judiciales españolas.
El embrión de las manifestaciones fue la capital española, más concretamente en la Calle Ferraz, donde se ubica la sede del PSOE. Desde el pasado 3 de noviembre, cientos y miles de personas se han estado reuniendo diariamente para mostrar su rechazo contra la ley que planea aprobar el ejecutivo socialista.
En el inicio de las protestas, los partidos políticos y sindicatos vinculados a la derecha convocaron a la ciudadanía para protestar de forma pacífica ante las diferentes sedes socialistas del país. No obstante, en algunas concentraciones los manifestantes más radicales lograron hacerse con las primeras posiciones de la marcha y trataron de romper el cordón policial, generando enfrentamientos violentos con los agentes de la Policía Nacional. Asimismo, un grupo reducido de manifestantes también entonaron cánticos haciendo apología del franquismo y del nazismo, lanzaron proclamas xenófobas y homófobas y gritos contra la monarquía y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
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Fuente: Flickr VOX |
Este tipo de actitudes violentas y de exaltación del fascismo, racismo u homofobia, hacen un flaco favor a las protestas contra la amnistía, además de que son totalmente injustificables y rechazables. No obstante, cabe recordar que dichas concentraciones pacíficas son totalmente legales en un sistema democrático. En todo caso, lo que supone una debilitación de la democracia es interferir en las competencias del poder judicial, tal y como ha pactado Pedro Sánchez en el acuerdo con Puigdemont, donde se acuerda revisar casos judiciales en comisiones parlamentarias, cuyas conclusiones serán consideradas para la aplicación de una amnistía a futuro.
Otro punto importante a destacar es que los casos de violencia sucedidos en las protestas tienen todos un denominador común, que es el ataque contra los agentes y cuerpos de seguridad del estado. En primer lugar, conviene aclarar que los agentes de la policía cumplen órdenes, dadas por los jefes del dispositivo, que a su vez han sido previamente consensuadas con el delegado del gobierno. Asimismo, los agentes mientras se encuentran de servicio deben mostrar una "neutralidad absoluta acorde con el marco constitucional imperante", tal y como reza el comunicado emitido por el Sindicato Profesional de Policía (SPP) en relación con la violencia en las protestas.
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Fuente: Flickr VOX |
Las protestas siempre son legítimas en democracia, y en consecuencia con el sistema democrático actual deben cumplir con el marco establecido en la ley. En ningún momento el uso de la violencia en un sistema democrático está permitido, independientemente del motivo por el cual se esté protestando. Por lo tanto, todos los actos violentos deben someterse al castigo tipificado en el código penal.
Dicho esto, lo que sí es una gran muestra de hipocresía es calificar de ataque a los valores constitucionales y a la democracia las protestas frente a sedes socialistas, como hizo Pedro Sánchez a través de su cuenta de X, mientras que una semana antes ha pactado una ley de amnistía, que comporta el perdón penal a un gran grupo de personas, entre los que se encuentran manifestantes condenados por los disturbios tras la sentencia del procés. La violencia siempre debe ser condenada, lo que no es coherente es calificar de antidemocrática la violencia cuando uno es la víctima, mientras que la perdona a los que en el pasado también la ejercieron, debido a que es la única vía para seguir gobernando.
Mario Quero
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